martes, 30 de diciembre de 2014

Ábreme si quieres conocerme


En la Tertulia Literaria de la Casa de las Sirenas se ha dado a conocer el libro Ábreme si quieres conocerme, de Saray Pavón. Carmela no ha querido dejar pasar la oportunidad de traerla a esta página, así que si me lo permiten:
Estamos ante una prueba más de esa otra forma de buscarse la vida por parte de personas con ganas de transmitir. El caso de Saray no solo es digno de tener en cuenta por su labor literaria, sino que además concurren en ella otras facetas artísticas que hacen más atractivos, si cabe, sus aportaciones. Pasó por Baratillo Joven y por Cangrejo Pistolero, ahora se halla integrada en la asociación  Di-Fusión-A2, que busca dar salida a esa fuente inagotable de comunicación que cada uno de nosotros alberga en su interior.
Las editoriales siguen a lo suyo, que no es más que darle cobertura a quienes no la necesitan, porque lo que les interesa es ganar dinero, dicho de la manera más llana posible. Si bien es cierto que existen muchas otras posibilidades para aquellos que no ganan premios literarios de envergadura y que, a veces, da la sensación que hay más escritores que lectores, no es menos cierto que los valores literarios hay que cultivarlos.
Así que dicho lo dicho, no dejen de comprobar el buen hacer de Saray, porque merece la pena dedicarle tiempo a su trabajo. Ella se define en su twiter como “inquieta y evolutiva”, así que no hay que dejar pasar la oportunidad de conocerla.

martes, 23 de diciembre de 2014

Dos reseñas dos


Por el mismo precio, les ofrezco dos reseñas:
 La primera de Verónica Calvo, publicada en su blog Tinta de Sueños
Y la segunda de Graciela Giráldez, a través de la Revista Literaria Palabras Indiscretas, que ha tenido la deferencia de reseñar el libro en la página 47
Que les aproveche

jueves, 18 de diciembre de 2014

Secundarios


La figura del personaje principal o del protagonista de las novelas lleva siempre adosado a su partida de nacimiento, la de otros personajes, de menos renombre, que destacan menos, pero que son imprescindibles.
Si en el relato de Cuando los bosque mueren destacan por si mismos Chus, Carmela y Chascajavas, no es menos cierto que tras ellos se hallaban Basiliano (padre de Chus), Ana Lebrón (madre de Carmela) y Bernardo Farratell en la figura del antagonista. Y así hasta completar la nómina de 16 personajes que influyen de manera muy directa en el devenir de los tres amigos que pululan por las páginas del libro desde el principio hasta el final.
Pero hay más, si nos metemos con el cupo de secundarios, podemos llegar hasta 58. ¿Y cómo es posible aclararse con este aparente galimatías de nombres? Para eso está nuestro cerebro —que es muy listo—, para separar el grano de la paja y de esa manera Amador (compañero de colegio de Carmela), Andrés (padre de Carmela), Josefa (madre de Chascajavas) o Gutiérrez (Guardia Civil), pasarán por nuestra mente como una pequeña imagen que en algún momento percibimos, pero que terminaremos olvidando antes de que lleguemos a la última página. Las figuras de los protagonistas eclipsarán al resto, pero es justo reconocer la existencia de esos otros que se pasan la mayor parte de la historia tras el telón, pero que sin ellos, la representación quedaría incompleta.
El autor, siguiendo otra pauta distinta a la del lector, contempla con añoranza esas cifras, casi sin llegar a entender cómo es posible que tanta gente quepa en poco más de doscientas páginas sin que nadie se caiga de la lista. Vaya por tanto mi pequeño homenaje a ellos: a los secundarios, que desde Amador Guerrero hasta Romero contribuyeron a hacer posible el desarrollo de la trama.

miércoles, 10 de diciembre de 2014

El hombre que te habita



Carmela y Chus están de enhorabuena, porque a su mesa ha llegado El hombre que te habita, libro de poemas de Antonia María Carrascal. Y digo que están de enhorabuena, porque la autora de los versos es la misma persona que tuvieron el honor de conocer aquel mítico 25N, en el que tuvo lugar la presentación de Cuando los bosques mueren. Ahora le ha tocado a ella ponerse frente a los espectadores y recitar. El acto tuvo lugar en la Casa de la memoria de Sevilla, un antiguo palacete, reconvertido en otros usos.
Pero el asunto no queda ahí. Antonia, con su pluma sin igual, nos da un repaso a todos los humanos, para que nos quitemos las legañas y nos pongamos el mono de trabajo. La Madre Tierra no admite más demora, hay que formar un frente común para evitar que le terminemos dando la vuelta como si fuese un calcetín. Carmela y Chus, algo saben al respecto  —no en vano buena parte de sus problemas les vienen dado por una errónea interpretación de sus conceptos ambientalistas.
El hombre pide, el hombre exige, el hombre se aprovecha de lo que tiene al alcance de su mano. Antonia lo expresa como ella sabe hacerlo, el resto de los humanos lo degustamos. La propuesta está muy clara, ahí queda la carta de presentación. Luego llega la segunda parte, y no es otra que la Madre responde, le da un tirón de orejas a sus hijos, los pone firmes, como firmes nos pone Antonia con su poesía, con su exquisita manera de decirnos lo que piensa.
Así que, Carmela, Chus, coged el libro de Antonia y no parad con su lectura hasta llegar al último verso. No os arrepentiréis.

martes, 2 de diciembre de 2014

Capítulo 5


Mari Carmen Alonso Lebrón, Carmela, había nacido hacía veintisiete años en Mimbreras, localidad serrana situada a noventa kilómetros de la capital de la provincia. Sus padres vivieron una posguerra de mendrugos de pan y achicoria removida con leche condensada. Ella fue la más pequeña de tres hermanos y la depositaria de la esperanza familiar en una vida lejos de la dependencia del campo. Por eso fue a la escuela mientras que el resto de los componentes de su familia, trabajaban donde podían. A su padre apenas lo trataba porque se llevaba en el campo todo el día, muchas noches no regresaba al pueblo porque tardaba tanto en llegar que permanecía en el monte incluso el tiempo necesario, hasta que se le agotaban las provisiones. El mayor de sus hermanos, le contaba su madre, era el fiel escudero de ese padre tan valeroso que siempre estaba luchando contra los dragones del hambre, cuando por las noches se sentaba en su cama alisando el cabello con una mano mientras con la otra gesticulaba como si sus dedos fuesen la tramoya del gran teatro del mundo.
Ana Lebrón, su madre, representaba para la pequeña Carmen un manantial continuo de sosegada dulzura.
—Toda la cara de mi Andrés –dijo el día que nació. Espero hija mía que tu futuro no tenga nada que ver con las calamidades que estamos pasando.
—Qué cosas tiene usted Ana!- contestó la matrona.
No me eches cuenta María, es la emoción, bien sabe Dios que así como he sacado adelante a sus hermanos, saldrá ella también
.../...

martes, 25 de noviembre de 2014

Un año después

Tal día como hoy de hace un año tuvo lugar la aparición en público de Cuando los bosque mueren. Los recuerdos afloran a la mente y —cosas del destino—hoy mismo, presenta Antonia María Carrascal su poemario El hombre que te habita. Ella fue la presentadora de aquel acto que tuvo lugar en la Casa de las Sirenas de Sevilla, en el que pasamos un rato muy agradable, rodeados de tanta gente que mi pecho aún conserva la emoción del momento. Junto a nosotros estaba Juan Cuesta, representante de Ecologistas en Acción, participando y colaborando con su sapiencia en esto de las causas ambientales.
Ha sido un año en el que Carmela y sus amigos han paseado el palmito por allá donde se les ha solicitado, incluido Paymogo donde, coincidiendo con las fiestas navideñas tuvo lugar una presentación en la Biblioteca pública. Entrañables recuerdos, como no.
Es de agradecer a todos aquellos que han confiado en el contenido del libro y por supuesto eternamente agradecido a aquellos otros que se atrevieron a reseñar —a su forma— estas páginas que nacieron para recorrer mundo.
Como autor me siento muy satisfecho con el resultado porque, por fortuna, tengo los pies en el suelo y me interesa más que nada que el libro se lea y que se siga confiando en otros trabajos que puedan salir en un futuro no muy lejano. La primera obra, de cualquier escritor, siempre está teñida de un halo especial y ésta no iba a ser menos, sobre todo luego de tantos años de sequía. Dicen que el tiempo pone a cada uno en su lugar; puede que sea mi momento, el momento de poner sobre la mesa aquellas ideas que desde siempre estuvieron en mi cabeza. Siento que es ahora o nunca, así que en eso estoy. Mientras tanto Cuando los bosques mueren seguirá su camino, ha pasado un año, si, pero el mundo continúa girando.

martes, 18 de noviembre de 2014

Capítulo 4


4
Carmela se despierta con el ruido de platos en la cocina, a pesar de la distancia que hay entre el dormitorio y aquella dependencia situada junto a la entrada del piso. Abre los ojos, se da media vuelta en la cama, contempla el desorden de ropas, maletas y bolsos de distinto tamaño, pero no se inmuta; sus ojos se van acostumbrado al cambio y a través de los visillos de la ventana contempla un cielo azul y el paso de algún grupo de vencejos que dan gritos y gritos sin mostrar síntomas de cansancio. Le llega olor a café, así que de un salto sale al pasillo, entra en el cuarto de baño y abre el grifo de la ducha, deja correr el agua templada desde la coronilla hasta los dedos de sus pies durante unos minutos, luego se enjabona con ese gel perfumado que tanto le gusta, que le recuerda la fragancia  de las jaras cuando se derriten bajo el sol de agosto. Antes que terminase de secar su piel, tiene ante sí a  Chus, la persona con la que unas horas antes compartía momentos de tensión por las pistas macegas; ya ha pasado lo peor, la primera prueba real estaba superada, no ve otra cosa que un par de ojos profundos a dos narices de distancia y no siente nada más que la presión de dos fornidos brazos que la sacan de la bañera y la colocan de espalda al espejo neblinoso de un armario de pared. Sus labios henchidos, calurosos, se ensalzan en una batalla encarnizada y sin tregua...

martes, 11 de noviembre de 2014

Montilla, tierra de acogida.



El pasado sábado tuvimos el placer de acompañar a Néstor Belda junto a sus chicas, nada más y nada menos que en La casa del Inca, en Montilla (Córdoba). Allí conocimos a Sole Raya, que desde la librería Nóbel trata de hacer que la Literatura sea algo más que la exposición de libros en el escaparate. La espontaneidad y el buen gusto hicieron que los protagonistas de Cuando los bosques mueren, recalen en ese pueblo cordobés que tan buenas sensaciones nos ha transmitido a todos los que estuvimos en el acto de presentación del libro Todas son buenas chicas. Y no muy lejos de nosotros se hallaba Antonia María Carrascal, dándole cobijo a sus creaciones y parlamentando —como no— de El hombre que te habita, su último poemario, que pronto, muy pronto estará en los escaparates de Sevilla.
Montilla nos acogió y a la gratitud de Sole y Mariano les tenemos que agradecer los momentos mágicos que por allí se vivieron. Así que ya lo sabéis, chicos, portaros bien, que estáis en buenas manos.

jueves, 6 de noviembre de 2014

LLegan a Sevilla las chicas de Néstor Belda


Llegó el día y de repente la sala de recepción de pasajeros de la estación de Santa Justa en Sevilla, se ha visto inundada de chicas, que es de suponer que son todas buenas, a juzgar por el libro que traían en sus manos. Chus, Carmela, Chascajavas y Cande las estaban esperando con los brazos abiertos para participar con ellas en los distintos eventos que tendrán lugar en las próximas jornadas en la ciudad de la torre Pelli.
Al margen de darle alojamiento a todas —la literatura puede con todo—, ya hubo una primera sesión de intercambio de opiniones sobre el mundo literario, los libros, las publicaciones, las editoriales, Internet…Y ellas tan contentas. Chus y Chascajavas ejerciendo de anfitriones como dos buenos chicos, dicho sea entre comillas.
Y para hoy, se verán todas ellas en La Carbonería, ese lugar mítico de los encuentros artísticos desde hace muchos, pero que muchos años. Y mañana, viernes, el encuentro tendrá lugar en la Casa de las Sirenas, en pleno centro, con la Alameda de Hércules como testigo. Dicen ellas que todo el mundo está invitado, que lo que les apetece es contrastar su visión del mundo con los demás, que les gustaría charlar de literatura en este mes de Noviembre tan relacionado con esta ciudad, que tantos personajes inolvidables ha parido.
Y para la semana que viene, a partir del lunes 10, el esperado encuentro en la misma casa, en la Alameda, con papel y lápiz y la mente abierta para que entre todos los asistentes, el aprendizaje fluya y cuando llegue el viernes, la mochila esté llena de ilusiones, de ganas de comerse el mundo con la pluma —o el tecladopor bandera.
Aquí están ellas: Sonia, Laura, Julia, Claudia, Ivana, María, Dana, Débora, Raquel, Paula, Cecilia, Lili, Constance, ¿de verdad son todas buenas chicas? En estos días saldremos de dudas.

martes, 4 de noviembre de 2014

Palabras indiscretas


El grupo literario Palabras indiscretas, a través de su subdirectora, Graciela Giráldez, ha tenido la deferencia de reseñar la novela Cuando los bosques mueren, en la revista literaria Palabras Indiscretas. Quedo agradecido y hago mención del hecho.



miércoles, 29 de octubre de 2014

Capítulo 3

En este capítulo, la voz del narrador nos dice:

Una vez más Chus se vio envuelto en una mudanza, que si bien le ocasionaba trastornos, él buscaba la forma de distraerse para que no le resultase demasiado traumático. Aquel jaleo de cajas, de ropa fuera de los armarios, de señores extraños cargando y descargando muebles en un camión enorme con letras más grandes que él: “Mudanzas y Transportes SA”,era con lo único que disfrutaba, con los desplazamientos y el trasiego de objetos se imaginaba que aquello era una aventura, que emprendía viaje sin rumbo fijo, que la carga consistía en fardos y más fardos con tiendas de campaña, cuerdas, provisiones, libros y artilugios de observación de todos los tamaños: telescopios, cámaras, prismáticos y ropa, mucha ropa, de explorador. Cada vez que podía se colaba en la cabina del camión, que le daba una perspectiva más panorámica de la carretera, de los árboles, de los campos, de la montaña, que a él siempre le parecían senderos inexplorados por los que se adentraba junto a aquellos hombres desconocidos. Sólo que esta vez en su viaje a La Carolina, el conductor del coche era su padre y la conversación se reducía a un intercambio de monosílabos casi sin mirarse a la cara. Atrás se volvieron a quedar otro grupo de compañeros de clase –tendría que volver a repetir cuarto de EGB –los pocos amigos que le había dado tiempo de consolidar en el barrio y lo más importante: su madre. Detrás de una lápida que ni siquiera llegó a leer, gris, con letras en relieve de un dorado que le dañaba los ojos, había quedado oculto el féretro con los restos de la persona que más quería en el mundo. Su padre le llevó en dos ocasiones a visitar la tumba, pero aquellas visitas fueron como perderse por una jungla inmensa donde todo era desconocido: los árboles -refugio de animales peligrosos-, las hileras de nichos desfiladeros frondosos por los que caminaba junto a un señor que lo miraba a hurtadillas para comprobar si le temblaban las piernas. No lloraba, sus ojos retenían el impulso del agua como el muro de cemento que almacena un embalse, pero luego, cuando se encerraba en su habitación, cuando se retiraba a hacer los deberes, se rompía la presa y ahogaba el rumor  de las lágrimas hundiendo su cabeza en los cojines almohadones que se hallaban en la cabecera de la cama. Ahora camino de La Carolina, sólo pensaba en su madre.

miércoles, 22 de octubre de 2014

Confluencias nocturnas


Llega a mi mesa de trabajo el libro de María Andrea Mónaco, Confluencias nocturnas, —un libro de poemas para dejarse llevar por la magia de su autora—, y enseguida surge el recuerdo de cuando Carmela y su amiga Cande formaron parte de aquel grupo poético de la mano de Diego. Ellas no llegaron a publicar ningún libro, al menos en el tiempo que permanecieron entre las tapas de Cuando los bosques mueren, porque, dicho sea de paso, la vida de los personajes es eterna y nunca se sabe dónde se pueden volver a encontrar. A lo que iba: María Andrea es una buena amiga que desde su amada Mar del Plata se gana la vida como arquitecta y escribe ¡madre mía cómo escribe!
El libro, su libro, tuvo sus más y sus menos con la editorial y terminó apilado en un rincón tratando de abrirse hueco de alguna u otra manera y como esto de la interné da para todos, puede distribuirlo para bien de los lectores de poesía o de los que intentan aficionarse a los versos.
Viene esto a cuento porque en mi mente rula la idea de que los autores de bajo costo, tenemos que buscarnos la vida por otros cauces muy lejano a los habituales de la pompa y autobombo. Los blogs, los foros, los portales literarios, las redes sociales en general están ahí llamándonos para que podamos llevar a cabo ese intercambio que nos haga posible publicar y darnos a conocer por el puro deleite de ser amantes de la Literatura.
En otros tiempos podíamos contar con los amigos y familiares próximos como valedores para nuestro trabajo, pero hoy día tenemos además esa herramienta tan potente como es interné para ampliar nuestras posibilidades, hasta donde merezca la pena.
Gracias María Andrea por este regalo para los sentidos.

miércoles, 15 de octubre de 2014

Capítulo 2

Les presento el capítulo 2 de la novela Cuando los bosques mueren

Asomarse a Macegoso siempre constituía un reto para Chus, una remembranza de los primeros días por este pueblo al que  fue destinado su padre. Allí conoció a Farratell, ese hombrachón de buenas palabras, de sonrisa permanente y de olor a tabaco de puro. Tenía veinte años, acababa de cumplir sus obligaciones para con la Patria y las perspectivas hogareñas pasaban por seguir conviviendo con su padre, que no había perdido el gesto adusto ni la poderosa mirada de ordeno y mando de dieciocho meses atrás. Con sus estudios a medio terminar y el Plan de Empleo Rural  (Per) jugando a la ruleta rusa con sus amistades, no pudo ceder a la tentación de ver algunos duros en su bolsillo, lejos de aquellas limosnas que cada fin de semana le proporcionaba su progenitor.
—Farratell ¿Y ese quién es? –preguntaba Chus a Chascajavas, pegándole una profunda chupada al canuto.
—No lo zé, lo que te puedo decir es que busca gente pa gana dinero. ¡Pásamelo!
— ¿En qué?
—En el campo.
—No podrías ser más claro, Chascajavas, joder, que parece que hablas como los tartajas.
—Que no lo zé Chus. Tú está al loro pa cuando yo te avise, y…tranquilo que no hay que doblarla mucho. ¿Oye cuéntame como te ha va por los madriles? ¿Y el uniforme?
— ¡Qué cabrón! Dame el peta ¿te parecen pocos los uniformes que tengo en mi casa? ¿Aún quieres que conserve uno más? Lo mandé a tomar por culo hace dos días ¡estoy licenciado! ¿Y sabes cuales fueron las primeras palabras que me dijo el viejo cuando llegué a mi casa?
—No –Chascajavas clavaba en él una mirada temerosa.
—Estabas mejor con el uniforme.
— ¿Ezo te dijo?
—Eso me dijo luego de nueve meses de no vernos el pelo.
—Mejorando lo presente, a mí nunca me han gustado los picoletos.
— ¿Y qué te hace pensar que yo voy a serlo?
—No zé, casi todos los que he conocido por aquí, acaban luego en el Cuerpo, aunque penzándolo bien tú tendrías que dar un buen estirón zi quieres entrar... ¡Ja, ja,ja!
— ¡Qué cabrón! – pásamelo – Yo no tengo la más mínima intención de seguir la tradición familiar.
— ¿Y de qué vas a vivir?
—De ese patrón que me has dicho...Farra...Farra…
—Farratell, joé, ¿a ver quien es aquí el tartajozo? ...¡Ja,ja,ja!

jueves, 9 de octubre de 2014

Reseña de Verónica Calvo


SINOPSIS

En los años ochenta y noventa del siglo pasado se produce en el sur de la península ibérica una serie de incendios forestales donde la mano del hombre se hace más que evidente. Un empresario sin escrúpulos, unos amantes que sucumben al dinero fácil, una relación paterno filial escabrosa, un encuentro muy especial con las legislaciones de otros tiempos y un Cuerpo, el de la Guardia Civil, que quiere poner las cosas en su sitio. Este es el caldo de cultivo donde se desenvuelve “Cuando los bosques mueren”, la última novela de José Rodríguez Infante, que refleja de manera impecable la distancia, a veces, insalvable, entre el mundo rural andaluz y el urbano.

Título: Cuando los bosques mueren
Autor: José Rodríguez Infante 
Editorial: Amarante
Año: 2013
Rústica, 15x21 cm
Páginas: 231
Precio: 16 €
ISBN: 978-84-941782-6-9
Ebook
ISBN: 978-84-941782-2-1
Palabras: 76800 (aprox.)
Formato: ePub (sin DRM)
Precio: 3.99 €

Sobre el autor:

José Rodríguez Infante es conocido en el mundo de la blogsfera como Arruillo.
Su Blog personal es Arruillo, y también tiene un blog para su novela, llamado Cuando los bosques mueren.


Mi opinión

José Rodríguez Infante nos introduce en esta historia de intereses creados y dinero fácil con una prosa ágil, amena, concisa. No hay duda de que conoce bien el tema del que trata su nueva novela.
   Los personajes están muy bien trabajados. Enseguida se hacen familiares y los conocemos muy bien.
   El autor no pierde el eje de la narración, uniendo las diferentes tramas de la novela, lo que hace que el ritmo no decaiga.
   Estas tramas no se hacen tediosas ni farragosas, ni despistan al lector. Dan una perspectiva muy completa del tema central de la novela, todo un englobe sobre lo que se mueve y cómo se mueve cuando muere un bosque.
   El único “pero” que le saco a esta novela, es la sutileza con que el autor nos introduce en “las legislaciones de otros tiempos”. Como no quiero hacer spoiler, diré que hay que estar atentos para no caer en confusión, aunque se entiende perfectamente al final. En mi humilde opinión, aquí el autor debería haber descrito “ese algo” que les lleva a ese lugar.

   Me ha gustado. Me ha entretenido. Y sobre todo, me ha hecho reflexionar sobre el lucrativo negocio que se esconde tras la muerte de tantos árboles cada año, y sus consecuencias.
   Conociendo a José, comprometido con el medio ambiente, no me extrañaría que este sea el motivo que le impulsó a escribir esta novela.
   Lo recomiendo.

¿La habéis leído? ¿Qué opináis? (sin spoiler, por favor), ¿pensáis leerla?


martes, 30 de septiembre de 2014

Recomendaciones finales



Con relación a los medios de comunicación, dice Amarante:
Se dice que cuando un producto es bueno el mejor medio de comunicación es el boca a boca, y eso es una gran verdad; pero hasta que eso ocurra, editorial y autor deben intentar ampliar los horizontes de la obra literaria. Es conveniente pasar una nota de prensa a los medios de comunicación de vuestra ciudad (todos si se trata de una ciudad pequeña, y una selección de medios si es una gran urbe). Ahora se tiene la facilidad de poder comunicar con ellos a través de la línea de contacto de sus web (incluso aunque no sean periódicos o radios y TV digitales). Es tan fácil como dirigir unas palabras amables comentando vuestra publicación y un enlace a la web de Amarante. No conviene extenderse, ellos ya completan la noticia.
Lo dicho: conviene tener amigos aunque sea en el infierno. Nunca se sabe. Con respecto a la presentación física del libro impreso…
Amarante organizará presentaciones a los autores que estén relativamente cerca de nuestra sede social. Incluso invitaremos selectivamente a algunos autores a ferias del libro, etcétera en función de los criterios e intereses que estime oportunos la empresa. Para los que os encontráis lejos, incluso en otro continente, Editorial Amarante proporciona el diseño del material necesario para la difusión: Carteles e invitaciones. 
Y si no, uno ha de buscarse la vida y machacar a los conocidos para que llenen el salón donde se haga la presentación de libro. Lo de las ferias es otro cantar porque son demasiados selectivas y cuesta lo suyo hincarles el diente. La cartelería, es menos importante en la era Internet, es más un asunto de aprovechar todos los recursos.
Es conveniente que la presentación la realice alguien de cierta relevancia, amigo o conocido del autor; por ejemplo otro escritor, un profesor, un periodista, etcétera. Y convocando a algún medio de comunicación además de la conveniencia de hacer fotografías del acto que luego se podrán colgar en redes sociales, blog, web personales, web de la editorial, y otros lugares de interés.
Y si además se puede salpimentar con una pequeña actuación musical, interpretación teatral o algo por el estilo, más motivo para que los indecisos acudan.
Ha que mantener viva la promoción, dice Amarante. O sea:
Para que la promoción no decaiga, es conveniente mantener polémica sobre el contenido del libro, incitar a comentarlo en las redes sociales o en foros de internet, sobre todo a las personas que concluyeron su lectura.
Unas cerillas cerca de un bosque, creo que son lo suficientemente atractivas como para incitar a abrir el libro
Como orientación y para no equivocarse en marcar los tiempos, conviene saber que desde la publicación en la web:
De uno a dos meses para que esté en todos los canales de venta. (aprox. Mínimo tiempo que deberá transcurrir para la presentación física). 6 meses para que haya tenido un mínimo de difusión mediática. A los 6 meses volver a incidir en las redes sociales. 1 año para que el libro comience a ser conocido y empiecen a dar mayor fruto las ventas; aunque cada libro tiene un comportamiento distinto, influyen muchos factores en el resultado.
Y tanto que inciden muchos factores. Mi esperanza es que aún no he cumplido el añito, me mantengo a la expectativa porque ya queda poco, así que a esperar toca.

miércoles, 24 de septiembre de 2014

Recomendaciones editoriales, segunda parte


Siguiendo con las recomendaciones editoriales, dice Amarante:
Contra el progreso no se puede ir, y el que luche contra el progreso tiene la batalla perdida. Por eso, Amarante ha apostado a favor del libro electrónico e impreso “a demanda”; el modelo editorial está cambiando a gran velocidad y nosotros, desde nuestra modesta posición intentamos ofrecer un producto altamente competitivo y de calidad. Por esa razón no utilizamos barreras DRM y los precios de nuestros ebooks están en consonancia con la realidad del mercado y el valor añadido del producto final.
Y digo yo:
Que tienen razón, el avance de los tiempos es tan apabullante, que ya no vivimos al día, sino al segundo.
Innumerables artículos en internet hablan de los beneficios que aporta el e-book, por ejemplo  la versatilidad, facilidad de transporte, respeto con el medio ambiente, gran capacidad de almacenamiento, etcétera
En este aspecto me inclino por la dualidad del producto. Me sigue gustando el libro en papel, su manoseo, su lugar en la biblioteca, su diversidad de portadas y tamaños, la letra impresa, pero como decía, el avance de los tiempos está ahí, es imparable y por tanto el libro electrónico tiene su lugar, es la alternativa.
Correo electrónico: La mayoría de nosotros envía bastantes e-mails al día, pero aunque el número no importa tanto, pues cada uno envía y recibe un número acorde a su profesión y uso que de al correo; sí es conveniente encastrar en nuestro correo un vínculo promocionando nuestro libro. El texto puede ser algo así: “¿No conoces mi último libro?” y debajo el vínculo a la sección de la web de Amarante donde aparece portada y sinopsis. El texto dependerá de la imaginación de cada uno. Como vuestros destinatarios de correo saben que sois escritores, ese tipo de pequeña publicidad no molestará a nadie. 
Ahí me habéis pillado, amigos, a pesar de haber leído el texto aún no lo tuve en cuenta, pero os aseguro que nada más terminar esta redacción lo estoy haciendo. Ya comenté que eso de la publicidad, no es lo mío.
A esto hay que añadir, como medida de promoción muy conveniente, el envío de un e-mail a todos vuestros contactos presentando vuestro nuevo libro y anunciando que si alguien lo quiere comprar puede hacerlo a través de la web de la editorial, tanto en ebook como en papel.
Faltaría más, en eso si que he sido fiel al texto, sino que mis destinatarios se manifiesten.
Y para los más románticos, su librero puede pedirlo a la editorial (ofrecemos un descuento especial a librerías, las cuales quedan muy contentas con nuestro sello, pues ganan más dinero con nuestros libros que si interviene una distribuidora).
Pues eso, que se apliquen el cuento.

martes, 16 de septiembre de 2014

Recomendaciones editoriales



Cuando salió a la luz la novela, la Editorial Amarante, incidía en algunos aspectos importantes:

Aunque el peso de la promoción del e-book recae en la editorial, sin embargo el autor debe colaborar en la medida de lo posible en esa promoción. Fin último de autor y editor es encontrar los lectores de nuestras obras.

Vive dios que desde entonces no he parado

En internet, lo importante no es generar contenidos es dirigir al consumidor hacia ellos.

Ahí me pierdo, puesto que generador de contenidos sí que soy, ahora bien, eso de llevar de la mano al consumidor, ya me cuesta, nunca se me fue bien como publicista.

Promoverlo en las redes sociales (facebook, google+, twitter, myspace, linkedn, tuenti, etc), cada uno en la que participe.

Gracias a las amistades, más puestas en esto de las conexiones, mi rostro anda por medio mundo dando vueltas.

 Enviar una nota a los amigos, insertar foto de portada y un enlace a la web de Amarante, especificando que nuestra web es punto de venta y que allí pueden adquirir el libro.

Les puedo asegurar que los tengo aburridos de tantos envíos. Aunque yo, erre que erre, ahí sigo.

Si sois blogueros, es importante que además de lo dicho para las redes sociales interactuéis con otros blog. Incluso enviando vuestro libro a otro bloguero escritor o relacionado con crítica y reseñas literarias. De esta forma puede recomendaros a vosotros y a la editorial. No queda de más escribir sobre la experiencia ebook, vuestro libro, la editorial, etcétera. Son muy importantes los link bien posicionados en el frontal del blog.

Más de los mismo: esta página, la que hay en Facebook, lo enlaces en PalabaSobrePalabra, Megustaescribir,TusRelatos, Arruillo y no se cuantas ayudas de internautas amigos ¡Hay quién de más!

En fin, que currado está, ahora solo falta que se lea.

miércoles, 10 de septiembre de 2014

Hemerotecas


Hoy día todo se hace a través de interné, el medio es tan poderoso, que no hay escritor que se precie, que no consulte, mire o trabaje apoyándose en esta herramienta.
Sin embargo, el placer que da visitar una sala llena de libros o periódicos, sigue siendo eso: un placer. Esos libracos de prensa diaria, cosidos a una tapa para su mejor manejo, son una fuente atractiva de información. Forman parte de ese previo, inexcusable, de la novela, del relato, o de cualquier otra historia que nos traigamos entre manos.
“Cuando los bosques mueren” —cómo no— también tuvo sus orígenes entre las cuatro paredes de una sala dónde cada día nos encontrábamos los mismos, los que coincidimos en el espacio y el tiempo a la hora de preparar nuestros trabajos. Recuerdo en especial a un amigo —Salvador Pila Egea— que por aquel entonces preparaba lo que luego habría de ser su libro sobre esgrima “Los tiradores sevillanos en la prensa local”. Allí coincidimos, nos animábamos y nos emplazábamos para que en un futuro viésemos cumplidos nuestros deseos. También recuerdo con cariño a aquel empleado público que con tanta amabilidad me atendía en mis demandas a la hora de solicitarle tal o cual cantidad de ejemplares. Como siempre terminaba sacando alguna que otra fotocopia, el hombre, acabó facilitándome la tarea y si acaso se me escapaba alguna hoja relacionada con los incendios forestales, allí estaba él para que no quedase coja mi labor.
La digitalización llega también a la hemeroteca, amplía de manera extraordinaria las posibilidades del investigador, pero en este caso, las páginas de los periódicos fueron pasando ante mi atenta mirada, desplegadas en lo ancho de la mesa y esos son momentos que disfruté y viví con la ilusión que meses después se haría realidad.

miércoles, 3 de septiembre de 2014

Las pequeñas esencias


—Muchas gracias, Vero, por hacernos llegar ese libro que tan buena pinta tiene.
—¿Lo leerás, Carmina?
—De eso no te quepa duda, ¿qué te crees, que no leo los libros de los amigas?
—Es broma ¡je,je! Es que tengo ganas de que me des tu opinión.
—La tendrás.
—Y por cierto también espero que me mandes ese librito de la encina.
—Bueno, te haré el favor, pero eso es sacarme de mis páginas, ya sabes, yo, Chus, Chascajavas, en el asunto de los incendios, lo que haga falta, pero para lo de la encina cosa de favor, ya digo.
—Te lo agradezco, Carmela, pero es que no sabía dónde acudir.
—Es eso tienes razón, pero bueno, para eso están las amigas ¿no?
—Oye, otra cosa, qué buen papel el vuestro. Lo claváis, eh.
—No exageres, Vero, nos fajamos en cuerpo y alma, pero ten en cuenta que es nuestra primera puesta en escena en plan serio.
—Te digo lo que siento, querida amiga, a mí me pilla de lleno ese asunto, ya lo sabes, cada verano la misma historia, el peligro, la prensa, los medios técnicos, en fin ¡qué voy a contarte!
—Gracias, gracias. Oye, que tengas mucha suerte que ese emprendedor proyecto, la poesía tiene tan poca salida…
—Por eso nos hemos metido en esto, Carmela, porque consideramos que es necesario no desfallecer y que no deje de tener su sitio en medio de este batiburrillo de editoriales de todo tipo.
—Está bien, pues quédate tranquila, que pronto tendrás noticias mías sobre esas esencias, que tan buena pinta presentan.
—Hala, dame dos besos y hasta la próxima
—Claro que sí, Vero. Hasta la próxima

martes, 26 de agosto de 2014

Editoriales


Recuerdo que en la década de los setenta, debido a las dificultades de publicación que teníamos, en España, la gente de a pié, reclamé, en la prensa escrita, un espacio público donde poder expresarse con libertad. Aún no había llegado interné, ni siquiera los ordenadores eran usuales, así que era el correo postal el que nos permitía a los ciudadanos llegar a los periódicos para contarles nuestras penas. La literatura quedaba para gente consagrada y en aquella especie de “Lotería de las Letras”, colocar un poema o un relato era poco menos que imposible. Recurrí a la sección de Cartas al Director para expresar mis pensamientos y a las revistas especializadas para tratar de colocar algún que otro texto más creativo. ¿Qué tiempos, verdad? Cómo han cambiado las cosas.
Ahora podemos estar en cualquier parte del mundo en un instante, contando aquello que nos apetezca y sin que ningún jefe de redacción  —sálvese quién pueda— interceda en nuestras intenciones. Las páginas webs, los blogs personales, los portales comunitarios y un sin fin de posibilidades se abren ante nuestro atónicos ojos.
En medio de todo esto, algo tan fundamental para los amantes de la escritura, como son las editoriales on line ha venido a rellenar ese hueco que por aquellos lejanos años reclamábamos. Hay de todo y, por tanto, es importante saber con quién nos jugamos los cuartos. Pero una vez superados los dubitativos comienzos y encontrado el lugar que se adecue a nuestras inquietudes, podemos ver realizados nuestros sueños de tener en nuestras manos una publicación digna o disponer de la posibilidad de bajarla a nuestro libro electrónico.
Las grandes editoriales están para los que están, pero para la inmensa mayoría de escritores, que estamos dispuestos a no darnos por vencido, el mundo ha cambiado en positivo, gracias a la aportación de los nuevos medios a nuestro alcance. A las pruebas me remito.

miércoles, 20 de agosto de 2014

Capítulo primero


Chus Arnao conocía muy bien aquel paraje. Una tarde tras otra del agotador verano de mil novecientos ochenta y uno, recalaba allí con su bicicleta, huyendo de los ronquidos de su padre que de manera meticulosa se quedaba dormido en el sofá de su casa tras terminar de comer y sin dar opción a realizar ningún tipo de ruido. Eran cuarenta minutos consagrados a la audición contemplativa de la vida de las termitas en las frondosas praderas del interior de las sillas del salón. Eso, o los ronquidos de su padre. Hasta que un día descubrió que era capaz de subirse en la bicicleta y desafiar a los cuarenta grados centígrados registrados en la sombra.
Así comienza el primer capítulo de este libro,  cuyo contenido sigue siendo actualidad, un verano más, para desdicha de los bosques, que es tanto como decir para desgracia de nosotros mismos y de aquellos otros que seguirán poblando nuestro hogar común, nuestra querida Tierra.

martes, 22 de julio de 2014

Firma de ejemplares



Ese momento en el cual el libro cambia de manos tiene la peculiaridad de poner en la casilla del lector esa parte de responsabilidad que le compete a la hora de juzgar el trabajo del autor. Ese trasiego de páginas se convierte en el vehículo imprescindible para que la persona que un día se puso a escribir vea hasta donde puede llegar aquello que salió de su pluma. Por eso a la hora de escribir unas líneas para que figuren como dato añadido al margen de la propia publicación, el autor siente la emoción propia del que está ofreciendo lo mejor de si mismo. La trayectoria a seguir por parte de ese ejemplar firmado nunca la sabremos, su devenir trasciende a ese mágico momento, es deseable que no se convierta en algo personal y la rueda de lectores en torno a esa firma gire y gire. Dos personas, un libro y un exposición de pintura como mudo testigo, qué más se puede pedir para que la trasmisión de conocimientos se ponga en marcha.
“Cuando los bosques mueren” vuela de nuevo, cambia de manos. La satisfacción se refleja en los rostros. El preámbulo ya está escrito. Tan solo falta la culminación del proceso, la respuesta del lector.

martes, 15 de julio de 2014

Juntas de nuevo


25 de Julio de 2014

—¿Cómo están los nervios, Sonia?
—Si quieres que te diga la verdad, Carmela, deseando que llegue el día veinticinco.
—Bueno, bueno, tú no te preocupes, que los nervios se pasan en cuanto se acaba el acto.
—¡Ja, ja, ja!, qué graciosa, anda cuéntame otro chiste.
—Chicas, perdonad que os diga que se pasa un mal rato, ¡eh!
—No exageres, Clara, ¿el día que estuvimos en la Casa de la Sirena estuvimos nerviosas?
—Nosotras puede que no, pero hubo quien no durmió bien la noche anterior.
—¿Estaréis las dos en El Perelló?
—Hija, qué quieres que te diga, a mí me gustaría, pero…
—¿Pero qué, Carmela?
—Salgo de vacaciones mañana mismo, lo tenía previsto, lo siento.
—A quién se le ocurre, en pleno verano presentar un libro.
—Te recuerdo, Clara, que hablamos de Valencia, y aquí hay playa.
—Vaya, vaya…
—Sin cachondeo, querida Carmela.
—Si no digo nada, tú sabrás como te lo montas, además como allí estarán todas tus amigas, el éxito está asegurado. Y Clara casi seguro que también os acompañará ¿o no, Clara?
—Yo quiero ir, así que salvo contratiempos inesperados, viviré en directo las mieles del triunfo.
—¡Ay, chicas!, si os confieso la verdad, es que me como las uñas.
—¡Ja, ja, ja!
—Anda, apuremos el café y volvamos a la lucha diaria, un beso y que os vaya de rechupete.
—Gracias Carmela, me acordaré de ti.
—Hasta pronto.
—Adiós, Clara, nos vemos.

martes, 8 de julio de 2014

Texto de presentación



La escritora Antonia María Carrascal preparó el texto que sigue para el acto de presentación del libro. 
Sras., Sres. Buenas noches.
Soy Antonia María Carrascal y estoy encantada de estar entre vosotros para acompañar a José Rodríguez Infante en la presentación de su novela “Cuando los bosques mueren” de la que es autor y a la cual pertenece el diálogo con el que hemos abierto este acto.
En el otro extremo de la mesa se halla Juan Cuesta Macías secretario de la organización Ecologistas en Acción y coordinador de la campaña “Un andaluz, un árbol” patrocinada por la Junta de Andalucía, que ha accedido generosamente a acompañarnos esta noche porque el tema que aborda esta novela le importa y mucho.
En el centro de la mesa y a mi izq/drech se encuentra el autor. José Rodríguez Infante es un autor del que admiro su prosa cercana, que sabe hacer llegar a todos pintando con palabras cuanto cuenta o describe. Una prosa ágil y diáfana que te toma de la mano de la mano en las primeras letras de lo que escribe y tanto despierta el interés del lector que quien lee se olvida de sí y como un convidado silencioso, participa del argumento y con él se conduce hasta agotar el libro en un par de sentadas.
Pero démosle la palabra al interesado para que nos cuente lo que desee acerca de él.
......
Y ahora centrémonos en la novela que es a lo que hemos venido aquí esta noche:
P: Yo siempre he pensado que los bosques mueren en otoño con la caída de la hoja y renacen en primavera, pero en la  portada de este libro no veo hojas caídas, sino cerillas. ¿Tiene eso alguna explicación?
JRI: 
P:  ¿Qué te impulsó a escribir este libro?
JRI
P:  ¿Quién quema los montes? ¿Por qué y para qué se queman?
JRI:
P:  ¿Qué se hace para proteger los bosques y que no sean quemados?
JRI:
P:  ¿Quiénes apagan los fuegos?
JRI:
P: ¿Sobre quiénes y cómo repercute la quema de los árboles?
JRI:
P: Centrémonos de nuevo en la novela. Podrías esbozar un perfil de los protagonistas Chus, Carmela y Chascajavas?
JRI: 
P: Y ya para terminar. El capítulo 67, ya casi al final, sorprende por su atemporalidad. Se diría que está fuera del tiempo y el contexto del cotidiano transcurrir de la novela. En este capítulo, el lector se ve inmerso en un mundo diferente, un mundo mágico o hechizado en el que los protagonistas son espectadores e incluso participantes de un mundo diferente. ¿Quieres explicarnos someramente por qué ese capítulo especial?
JRI: 
P:  Bien, Sres. Aunque, afortunadamente, el fuego no crepita en los alrededores, La novela “Cuando los bosques mueren, está servida.
Muchas gracias.