miércoles, 13 de abril de 2016

Capítulo 12


                          Así comienza el capítulo doce del libro Cuando los bosques mueren
El año mil novecientos noventa y dos está marcado, en cuestiones ambientales, por la celebración de la Cumbre de Río de Janeiro, a consecuencia de la cual se toman algunas medidas de formación e información por muchos centros públicos, tanto a nivel estatal como regional. Así llega al Centro de Defensa Ambiental de Villanueva de Mimbreras un Curso de Formación Continuada de obligado cumplimiento para todos los retenes. En la sala preparada al efecto, donde pueden entrar unas treinta personas, se pasan unos señores de muy buen ver, en opinión de Carmela, y unos chupatintas en opinión de Chus, que a través de diapositivas, retroproyector, cuadernillos de colores y una pizarra desplegable, instruyen al personal allí presente para que la lucha contra el fuego sea algo más que una forma de ganarse la vida; vienen educadores, biólogos, técnicos de la Junta y algún que otro político, que de vez en cuando se deja ver comprobando como marcha la formación continuada. Dependiendo de la hora, el personal presta más o menos atención al instructor de turno, aunque siempre está el que mantiene la tensión constante en el ambiente y no deja que nadie se le duerma, como Juan Palma, para ello pregunta y pone en aprietos a más de uno, aunque nunca tensa la cuerda...