lunes, 9 de febrero de 2015

Una parada obligatoria


—Ya ves, Carmela, el tiempo pasa sin que nos demos cuenta.
—¿Por qué lo dices Chus?
—Porque parece que fue ayer cuando acudimos a aquella reunión de la Casa de las Sirenas y se nos han colado cerca de 15 meses.
—¿Tantos?
—Así es, y ahora aquí estamos otra vez.
—¿Y de qué vamos?
—De espectadores. La misma persona que nos avaló entonces, ahora se ha decantado por otros personajes.
—Compréndelo, Chus, todo el mundo tiene derecho a la vida.
—Y que lo digas. Ahí está, el miércoles a las 19,45, en la Alameda de Hércules de Sevilla.
—Además, Chus, según tengo entendido hay preparada alguna que otra sorpresa.
—Eso parece, pero como se trata de una sorpresa tampoco es cosa de que adelantemos nada.
—Bueno, bueno, si podemos decir que anda por medio el Teatro Circo La Plaza.
—¡Chiiiiss! Ya está,
—Y de que hará los honores el escritor José María Vaz de Soto.
—Eso si es importante, oye, no siempre se tiene la oportunidad de contar con personas de tan reconocido prestigio.
—De acuerdo, Carmela, díselo a tus amistades, que yo haré lo propio con las mía. Recuerda: el miércoles 11, a la ocho menos cuarto, en la Casa de las Sirenas.
—Allí nos veremos.

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