lunes, 1 de mayo de 2017

25 años después


Conmemoramos este año el 25 aniversario de la Expo de Sevilla, que comenzó en el mes de Abril y que permaneció abierta durante 6 meses. Poco después en el mes de Junio tuvo lugar la Cumbre  de la Tierra de Río de Janeiro, con especial interés en ver qué medidas tomar contra el cambio climático. Hoy día aún se le sigue dando vueltas al asunto y se pone en duda si de verdad existe ese cambio propiciado por la acción del hombre o son intereses comerciales los que están detrás de ese asunto. Ahí lo dejo, cada cual allá con sus propios juicios. Al comienzo de ese mismo mes, en la Sierra de Huelva, un incendio llevaba dos semanas incontrolados, con todo lo que ello conlleva de peligro para la flora y fauna de la zona, la falta de previsión así como las plantaciones de pinos y eucaliptos tuvieron mucho que ver en la propagación de las llamas. En la Expo hay quien da cuenta de la detención de camellos, queriendo hacer su agosto, que de todo había en la viña de la Cartuja, mientras que en Córdoba se inauguraba el Teléfono verde para que los vecinos pudiesen plantear denuncias relacionadas con el medio ambiente. La noticia era buena, no se que habrá ocurrido con los resultados, me faltan datos. En el auditorio de la Expo se presentó Mario Maya con El amor brujo de Manuel de Falla, al tiempo que desde la Junta de Andalucía nos informan que habían disminuido casi un 50% los incendios forestales, grata noticia, dentro de lo negativo que supone la destrucción de 4618 ha calcinadas hasta la fecha del informe y en lo que iba de año. En el mes de julio, la Junta de Andalucía emitió un informe sobre prevención de incendios: los factores que influyen en el desarrollo de un incendio son la humedad y el grado de inflamabilidad de la masa vegetal y la combustibilidad de la vegetación. La resistencia al fuego de las especies vegetales es, en su mayoría producto de una selección genética causada por los fuegos repetidos. Así en una zona castigada por los incendios será más probable la existencia de pastizales que de matorral o especies arbóreas. La teoría, como se puede observar, está muy bien, luego llegaba el incauto de turno, el espabilado, el listillo, el aprovechado y toda esa diversidad faunística de complicada calificación para ponerla en práctica, no en el laboratorio sino en medio del campo y sin que nadie lo viera. Qué mundo. En fin que han pasado 25 años y cada verano me sigue dando miedo ver el telediario.

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