En el año 1981 gobierna en el mundo Ronal Reagan, en España
Calvo Sotelo y en Andalucía Rafael Escuredo. Ninguno de ellos pudo impedir que
un teniente coronel de la Guardia Civil
se subiera al estrado del parlamento español y pistola en mano ocupase la primera
página de los diarios de todo el orbe conocido. Fue uno de los momentos más
delicados de la barbilampiña democracia española. Claro que ETA seguía matando
en las calles y eso está siempre por encima de todas las cosas como problema a
resolver. Por eso apenas se le dio importancia al editorial de el Correo de
Andalucía del 26 de Junio donde se proclamaba que el independentismo catalán
cobraba fuerza porque ochenta mil catalanistas en el Nou Camp, habían gritado
aquello de somos una nación. ¡Válgame la furia de los mares!, con lo que
estamos soportando y la que se nos avecina en los próximos días.
En el celuloide relumbraba “Espartaco” con Kirk Douglas
dirigida por Stanley Kubrick y “El crimen de Cuenca” de Pilar Miró. El salario
mínimo andaba por las 842 pesetas, mientras que se podía viajar a Cuba por
63.000 ptas para una estancia de 15 días. Es la época de Vacaciones en el mar y
el Libro gordo de Petete y la TVE
tenía horarios de apertura y cierre.
En el mes de Junio se producen seis incendios forestales en
la provincia de Huelva, siendo en Rosal de la Frontera y en Paterna del
Campo donde las dificultades para su extinción fueron mayores. Así mismo
trasciende en algunos medios el debate sobre la intencionalidad de los
incendios, ya que en más de uno se sabe del uso de mechas incendiarias, de
amenazas telefónicas o de los intereses creados en torno a la comercialización
de la madera quemada. Para echarse a temblar.
Con sus veinte años en la mochila, llega a Macegoso, Jesús
Arnao, Chus, y allí conoce a Celestino Márquez, Chascajavas, con el que habría
de trabar una buena amistad. Mari Carmen Alonso, Carmela, aún estaba en el
horizonte. En la tranquilidad de la sierra, se formaba y crecía como mujer, sin
la menor preocupación por saber lo que el destino le tenía reservado.
Por estos y otros motivos vio la luz Cuando los bosques mueren,
un libro sin punto y final, que trata de dar un poco de luz a los negros
nubarrones que trascienden a las llamas.
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