La librería Nobel en Montilla (Córdoba) sigue dándole cobijo
a la novela Cuando los bosques mueren. Gracias a la generosidad de
Sole Rayaque regenta un espacio acogedor en el cualquiera puede sentirse a gusto para
encontrar lo que desea. Recién terminada la aventura de la Feria del libro de
Córdoba, la vuelta a casa trae consigo el reencuentro con esos títulos que reposan
en los estantes a la espera de esa mano que los separe de ellos. Chus y Carmela
están asomados, a través del hombro de Sole para ver si la cámara los enfoca
bien, pero claro, la tapa pesa y mucho más esas cerillas tan significativas.
Pero siempre hay alguien que con la sonrisa en los labios se
muestra dispuesta a intentarlo, y ahí
radica la esperanza de esos personajes que “arden” en deseos de conocer
el mundo. Las horas de espera se hacen eternas para todo el mundo, pero hay que
seguir teniendo fe, creyendo en la posibilidad de que todo es posible, hasta de
la llegada de esa mirada inesperada que se fije en ellos.
Con esa ilusión se mantiene abierto el plazo de encuentro
entre el lector y los personajes que conforman la historia que nos ocupa.
Cuando los bosques mueren sigue ahí. Solo hace falta que confluyan los caminos,
que se produzca el anhelado momento en
que unos y otros disfruten. Unos leyendo, los otros luciendo sus mejores galas
como actores protagonistas que aspiran a llegar lejos.
Siga pues la librería Nobel adelante con mano firme y siga
la novela haciéndose hueco allí donde sea bien recibida.