Así comienza el capítulo 9 de Cuando los bosques mueren
El veintitrés de febrero de mil novecientos ochenta y uno se produjo en
España un hecho que podía haber cambiado el curso de su historia, al ser
asaltado el Parlamento por un grupo de guardias civiles, encabezados por el
Teniente Coronel AntonioTejero. El país
se paralizó ante esta situación que hacía temblar los cimientos de la nueva
democracia, constituida tras la muerte de Franco. La Guardia Civil
quedaba un tanto perpleja y en todos los cuarteles se vivieron horas de
contenida angustia. En Macegoso, Basiliano Arnao como Comandante de Puesto,
llamó al acuartelamiento de todos sus efectivos y se sentó a su mesa de trabajo
sin quitar la vista de encima al teléfono, pendiente de las órdenes de sus
superiores. La sangre fría que demostraba ante su subordinados, no reflejaba la
rabia contenida que le quemaba la sangre, “ya era hora que alguien le metiera
las cabras en el corral a ese atajo de inútiles”. Sus amistades trataron de
ponerse en contacto con él, pero en esos momentos no tenía ojos más que para la
televisión instalada de urgencia en su despacho y oídos para las indicaciones
de Gutiérrez, encargado de filtrar todas las llamadas. Chus hacía lo mismo en
su casa, sólo que su boca era como las fauces de un dragón.
-- Cabrones! ¡Hijos de puta!
.../...
.../...
Buena novela.
ResponderEliminarRecomendable cien por cien.
Abrazos