jueves, 26 de junio de 2014

Sobre el título

Elegir el título de una novela es una ardua tarea que cada cual lo resuelve como puede, pero que no es nada fácil. En mi caso me tome el tiempo necesario para sopesarlo con detenimiento y el proceso fue el que sigue: De entrada, a los primeros garabatos que pergeñé le puse el nombre de GRIS, inspirado por ser ese el color de la ceniza y tener esa imagen presente luego de visitar los restos de un incendio.
Durante todo el proceso de creación de la novela, el título, es algo que está dando vueltas en la cabeza como si se tratase de una especie de puzzle en el que hubiese que encajar cada una de sus piezas, pero nada me convencía, ninguna de las ocurrencias o  inspiraciones divinas o humanas. Hay tantos y tantos títulos que uno trata de ser original, no repetirse y quedar bien con todo el mundo, pero, ya digo, tarea más que complicada.
Más tarde se me ocurrió tirar de una de esas recetas que circulan por Internet, inspiradas en alguna que otra frase que un día se le ocurrió a una figura de las letras o a cualquier crítico o especialista en la materia. Seguí punto por punto cada una de las indicaciones, elaboré una larga lista de posibles aspirantes a figurar en la portada del libro y ninguno terminó por seducirme. Que si una frase, que si el nombre del protagonista, que si el nombre de una ciudad, una fecha… no había nada que terminase por convencerme.
Hasta que se me ocurrió recurrir a los amigos, que dicho sea  de paso, para eso están. Amigos y tertulianos, puesto que todos formábamos parte de una tertulia literaria en las proximidades de la Alameda de Sevilla. Ni que decir tiene que todos conocíamos el fondo y la forma de la novela, así que propusimos una serie de títulos y luego de una votación secreta quedó en tercer lugar “Cerco de fuego”, en segundo lugar  “Crónicas del fuego” y en primer lugar “Cuando los bosques mueren”. Quedó claro pues que no nos quisimos quemar y que era la “C” la letra predispuesta para encabezar la responsabilidad de dar una buena imagen.
Cada día que pasa estoy más satisfecho con la elección y nunca olvidaré la paternidad del invento: Alejandro Cotta. La conjunción de bosques y mueren es el maridaje perfecto para una buena relación con el desarrollo de la novela. Luego vendría el diseño de la portada, pero eso es ya otra cosa.

martes, 17 de junio de 2014

Rumbo a Gaia


—Dime Carmela ¿cómo lleváis las ventas?
—Si quieres que te diga la verdad, Clara, no estoy yo muy al tanto en eso de las cuentas, ya sabes que es Chus el de los números.
—Es cierto, pero al menos sabrás si el libro se vende o no, digo yo. Además llega el verano y los telediarios comienzan a hablar de incendios…
—Un momento, un momento, Clara, no seas así no pongas a la chica en ese apuro, que da la impresión que está esperando el calor como si tuviera un chiringuito en la playa.
—Tampoco es eso, Sonia, no voy por ahí, es que luego de nueve meses ya es hora de…
—¡De parir! ¡Ja,ja,ja!, perdona chica, pero es que me lo has puesto a huevo.
—Cómo eres, Sonia.
—Bueno, os aclaro: yo pienso que el tirón de las ventas se produce cuando se presenta el libro. Luego quedan las escorrentías, el cuentagotas, las migajas, en fin, llamarlo como queráis. Si fuésemos figuras de reconocido prestigio, si Sonia, Clara o Carmela fuesen algo más que un nombre, estaríamos hablando de otra cosa, pero ¿quiénes somos nosotras, os habéis parado a pensarlo?
—Yo creo entenderte, pero me siento con el ánimo suficiente para comerme el mundo, me ha tocado el papel de pobretona, pero os puedo asegurar que voy a intentar llegar a lo más alto.
—Eso, tú no te prives de nada. Mira, Sonia, aquí la amiga Carmela, en su ámbito, o sea en los fuegos y en las malas artes que lo rodean, puede tener sus posibilidades, pero saliendo de ahí… y en cuento a Clara, con esa etiqueta de “juvenil”, pues también tiene limitado el campo, no me vayas a decir que no. Así que tendrás que ser tú, Sonia, que además has sido la última en llegar a esta plaza, la que tire del carro.
—Vale, vale, yo tiro del carro, pero vosotras tenéis que empujar ¡eh!
—Ya veremos, ya veremos ¿no te parece, Clara?
—¡Ja, ja, ja!
—De acuerdo, chicas, pues ahora cada una a su guarida, hasta pronto Carmela, hasta otra Sonia.
—Nos vemos.

martes, 10 de junio de 2014

Estuvimos en Paymogo


La novela ¡cómo no! estuvo en Paymogo. Allí en el Pósito fue presentada. Acudieron unos cuantos amigos y otros tantos interesados en descubrir al paisano que escribía un libro. Estuvieron Manuel Peña y Casiano Cerrillo con los que poco después participé en el proyecto "El País del Mago", o sea, que en poco más de dos meses, la novela "Cuando los bosques mueren" se vió gratamente sorprendida por la aparición de ese librito de relatos con el que habrá de convivir para el resto de sus vidas literarias. Y estuvo el Ayuntamiento dando apoyo a la cultura en forma de libro. En el mismo acto coincidimos con el artista Juan Nicolás Fernández, que a la sasón tenía una exposición de pintura y esculturas. Los pormenores tanto de la novela como del autor fueron desgranados y una vez satisfecha la curiosidad de unos y de otros, pasamos al emocionante capítulo de las firmas y la despedida de aquellos ejemplares que una vez separados del autor inician su particular andadura. Se produjo así la puesta de largo en la tierra que me vió nacer.

miércoles, 4 de junio de 2014

Recomendado

Néstor Belda
Néstor Belda te ha recomendado en LinkedIn.
Néstor Belda Profesor de Escritura Narrativa
7 de mayo de 2014 13:25
Néstor Belda ha recomendado tu trabajo en Club de escritores.
Estimado(a) José:
Te he escrito esta recomendación de tu trabajo para que la compartas con otros usuarios de LinkedIn.

Detalles de la recomendación: "José Infante no deja de sorprenderme. Creo que es escritor desde que tuvo fuerzas suficientes para sostener un lápiz entre sus dedos. En sus textos se nota la experiencia y la pasión por la escritura. Su última novela, "Cuando los bosques mueren", no deja indiferente a ningún lector. Se sitúa en los años ochenta y noventa del siglo pasado, cuando se producen, en el Sur de la Península Ibérica, una serie de incendios forestales donde la mano del hombre se hace más que evidente. Solo espero que siga dándonos historias como esas."